jueves, 22 de septiembre de 2011

Los Hijos Del Mal

Musiquilla de ambiente

Bien, ahora en serio: voy a hacer una entrada cortita pero concisa en la que pienso ejercer un poco de analista del principio de Maquiavelo: "el fin justifica los medios". Para todos aquellos que tengan pruebas concluyentes de que él no dijo eso, gracias por hacérmelo saber. Y bien, "el fin justifica los medios" es una frase que tiene demasiada mala fama, a mi humilde (ja!) juicio. Veamos por qué.
Habitualmente se cree que cuando se usa esto como argumento, el fin que perseguimos, o bien es Malo, o bien se ha olvidado el auténtico fin en favor de los medios, que por supuesto, serán también Malos. Que, si lo miras bien, cae bastante dentro de la lógica desde el sesgo que establece que quienes utilizan una frase como esa, necesariamente han de ser personas malvadas.
Coño, pues no. ¿A nadie se le ha ocurrido que muy probablemente para Buda el fin también justifica los medios? Precisamente porque los medios son la manera de alcanzar el fin. Si lo que quieres es realizar una Buena Acción, es decir, lograr un objetivo que será beneficioso para mucha gente, raramente podrás utilizar medios que perjudiquen a muchos, es decir, Malos Modos. Eso cabría esperar. Pero, ¿qué ocurre cuando intentas hacer algo Bueno y acabas utilizando fines Malos?

Lo primero que ocurre es que te das cuenta de que Bien y Mal son conceptos ficticios y volubles. Más una opinión que algo sólido: no existe algo así como el Bien y el Mal absolutos (en esto hasta el Papa está de acuerdo conmigo), como existe el Cero Absoluto en cuestión de temperatura, hasta que encontremos algo más frío. Existen cosas que perjudican a más (malas) o menos (buenas) personas, y también las benefician en mayor (buenas) o menor (malas) medida.
Desde este punto de vista, encontramos que un timador que se monta un sistema piramidal beneficia a muchas personas (todos los ciudadanos bien intencionados que venden tupperwares de casa en casa), y a la vez a sí mismo, rascando un porcentaje de todas las ventas. Ah, pero es Malo, porque engaña a los compradores y vendedores para que trabajen para él sin pagarles, y alguna que otra cosilla más hace con intención de sacar beneficio para sí mismo y no para los demás.
Vale, vale: mal ejemplo. El hombre de ciencias, el médico, una persona cuyo objetivo en la vida es aliviar el sufrimiento de los demás, busca encontrar una cura contra el SIDA. Eso es Bueno. Pero para conseguirlo ha de hacer enfermar hasta morir a varias decenas de monos Rhesus, hasta que uno de ellos produzca los anticuerpos necesarios. Eso ya es mucho más perjudicial, es decir, Malo.
Si me guío por la lógica en ambas dos circunstancias, basta con que el fin (beneficio propio exclusivo) o los medios (investigación con animales) sean perjudiciales para uno u otro tipo de monos, y ya lo podemos calificar como Malo.

Una conclusión un poco precipitada pero más o menos aceptable para resumir la opinión de un servidor al respecto. Que es más o menos lo mismo que pienso de la poesía: los conceptos Bien y Mal vienen estupendos para adornar las cosas, pero cuando necesites hacer algo en serio, vale más que vayas a lo práctico. Y ahí es donde se explica el título de la entrada. He encontrado en la página del Templo de Tezcat, es decir, una asociación de satanismo( los Chicos Malos por definición, tal como los vendemos y se venden ellos mismos), una demostración sobre como la mejor opción posible cuando te encuentras con otro ser humano frente a frente es, independientemente de que seas Bueno o Malo, ser amable y cooperar con él. Como suena.
De todas formas, estos Chicos Malos siempre dicen que es recomendable ser amable con tu vecino, no sea que se le ocurra sacarte los dientes. Sabio consejo ese. También dicen que si tu vecino no es amable contigo, qué demonios, sácaselos tú. Es el obvio complemento al anterior. Bien, antes de que concluya, la demostración, que no veo del todo sólida pero sí muy bien elaborada y hasta creíble, está en este enlace.

Bien, una vez que estamos en ello sería bueno preguntarse cómo funciona lo suyo: ¿es Bueno o Malo? Veamos. Si uno lee el artículo, más o menos puede deducir que su método es Llevarse Bien Con el Prójimo para que todos salgan ganando. Ahí me suena a Bueno, ¿sí?. Ah, pero, ¿por qué quieren Llevarse Bien Con el Prójimo? Si encontramos los principios filosóficos de este estilo de vida (para los comodones, los dejo aquí, estudiaros la página y me comentáis si ando equivocado), resulta que son amables no sólo porque piensan que es Buena Idea serlo, sino porque siéndolo, pueden Aprovecharse Mejor del Prójimo. Así que, en conjunción, su idea es Llevarse Bien Con el Prójimo para Aprovecharse Mejor De Él. Unos listillos bastante agudos, pero os hemos pillado.
Por cierto que el mismo estilo de vida llevan las personas clasificadas por la Psicología como psicópatas (sácate a Hannibal Lecter de la cabeza, eso es una película. El mayor experto en psicópatas del mundo es Robert Hare, y su propia Biblia Satánica, digo Psicopática, es esta.), lo cual no deja de llamarme la atención.

Un fin Malo, unos medios Buenos. Si el fin no justificase los medios, encontraríamos que los satanistas utilizarían las maneras más clásicas de aprovecharse de los demás, que en el Primer Mundo civilizado consisten en un complejo sistema de creencias que te hace pensar que si dejas que unos cuantos privilegiados se aprovechen de tí, en un futuro sólo alcanzable mediante la muerte vivirás mejor. Ilógico, pero parece ser que ha triunfado, en una historia que se llama... leches, qué mal ando de memoria. ¿A alguien le suena la organización esa que montaron hace unos dos mil años, allá en Roma? La Mafia, no, espera... ah, sí. La Iglesia.
Es justamente lo contrario, si nos fijamos. Tienen un Buen fin: llevarnos a todos al paraíso. Desafortunadamente sus medios son Malos: prohibición, sumisión, culpabilidad por algo que alguien hizo hace un porrón de años, y finalmente, la muerte, son los únicos medios que un ciudadano de a pie tiene para alcanzar el paraíso. Si lo miras bien llegas a la conclusión de que, leches, la Iglesia de Jesús y la de Satán son igual de Malas.
Por si acaso somos todos Pecadores Hijos del Mal, yo pienso seguir siendo todo lo amable que pueda con mi vecino. Parece ser que está matemáticamente demostrado que "poner la otra mejilla" da pie a que se aprovechen de mí, y "sacarle los dientes al vecino" da pie a que la Policía haga preguntas. Haga lo que haga, vamos a acabar Mal, así que al menos no daremos oportunidad de decir que no lo intenté. Sed Buenos. Si es que averiguáis cómo se hace.

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